En una muestra de respeto y recogimiento, la Legislatura de Córdoba se iluminó de blanco y amarillo este lunes, tras conocerse la triste noticia del fallecimiento del Papa Francisco. Los colores papales, que representan la bandera del Vaticano, vistieron el edificio como un símbolo de luto y homenaje al primer Papa latinoamericano y jesuita de la historia.
Francisco, nacido como Jorge Mario Bergoglio en Buenos Aires, dejó una huella imborrable en millones de personas alrededor del mundo. Con un mensaje centrado en la humildad, el diálogo y la inclusión, logró acercar la Iglesia a los más necesitados y tender puentes entre credos, culturas y generaciones.

Desde su elección en 2013, su figura trascendió lo religioso: fue un líder moral que se animó a hablar de temas como el cambio climático, la pobreza, la inmigración y la paz global. Su paso por el papado estuvo marcado por gestos sencillos pero profundos, como vivir en una residencia modesta, lavar los pies de reclusos o viajar a zonas de guerra y marginación.
La iluminación de la Unicameral cordobesa no solo acompaña a los fieles católicos en este momento de dolor, sino también a todos aquellos —creyentes o no— que encontraron en Francisco una voz de esperanza y humanidad. Su legado, construido con palabras serenas y acciones firmes, seguirá presente mucho más allá del Vaticano.
